- Fecha: 15 de marzo de 2022
- Medio: larazondelistmo.com
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Por: Kaitlein Marciaga
1946 fue el año en el que se le otorgó a la mujer el derecho a participar como candidatas y como votantes en las elecciones presidenciales, municipales y de cualquier otra índole. Parecía que la lucha de activistas como Clara González, Sara Sotillo, Rosa Navas, entre muchas otras había dado paso a una sociedad más justa, pero la realidad política, luego de 76 años demuestra que aún queda mucho por trabajar.
En la actual Asamblea escogida por los votantes el 5 de mayo de 2019, se contó con la representación de 16 diputadas en una Asamblea conformada por 71 integrantes, un 23% en términos porcentuales, mientras que, en el ámbito de las suplentes, la representación femenina asciende a un 46%, reafirmando que aún se limita en gran medida los espacios de participación a la mujer en política. Añadido a esto, en octubre del año pasado, vimos cómo el órgano legislativo omitió 4 artículos importantes desarrollados en la CNRE (Comisión Nacional de Reformas Electorales), entre los que se incluía un artículo que promovía “ la eliminación de la válvula de escape que permite que los partidos políticos no cumplan, real y efectivamente, con el derecho de la participación política de la mujer, en condiciones de igualdad, concretamente, en la oferta electoral, cuando la secretaría femenina del partido comprueba que no se ha podido cumplir con la paridad.”
Con esto se apreció como la Asamblea dejó pasar una oportunidad importantísima en términos de equidad de género y participación de la mujer, a pesar de los esfuerzos realizado por los grupos feministas y del Foro Nacional de Mujeres de Partidos Políticos (FONAMUPP) en las protestas que se efectuaron en la plaza 5 de mayo, en octubre del año pasado.